Esta iniciativa tiene como fin alinear los intereses de los políticos con los de la gente común, que es la gran mayoría de los argentinos. Está más que comprobado que cuando todos tienen intereses comunes, es más fácil ponerse de acuerdo, apuntar para el mismo lado, trabajar para concretarlo, etc.
¿Qué propongo entonces a nivel de nuestra ciudad? Que si querés ser legislador, ministro y otros tantos cargos políticos, e incluso para ser funcionario público, tengas algunas obligaciones extras como:
1. Tener que mandar a tus hijos a una escuela pública
2. Atenderte únicamente en hospitales públicos
3. No poder vivir en un barrio cerrado
4. No existen ni choferes para los altos cargos, ni autos que se dan a funcionarios.
5. Obligatoriedad a que lleguen a su trabajo y regresen a su casa usando el transporte público si viven dentro de la ciudad (algo deseable si son funcionarios de la ciudad).
6. No tener mucamas más de un día a la semana.
O sea, tener condiciones similares a las del común de la gente, para no alejarse de la realidad. Esto podría resumirse en una ley de ética para funcionarios públicos. Si todo el estado tiene condiciones “desfavorables” hoy en día, ellos van a ser los principales interesados en beneficiar a la cosa pública. A eso me refería con alinear intereses.
Hoy me parece que tenemos la situación inversa, los funcionarios - especialmente los políticos - viven del estado, no para el estado. Pensemos en los legisladores de la ciudad: están ahí con la ambición de dar un salto futuro, ganar poder, influencia, les damos muchísimos privilegios (los llenamos de asistentes, les pagamos celular, les damos permiso para que estacionen donde quieran, un buen sueldo - ¿cuántas horas pasan realmente legislando a la semana? - tienen un equipo de prensa propio…) y así es imposible ser éticos, buscar una sociedad igualitaria, ponernos de acuerdo en las prioridades…
Yo sé que me dirán “¿pero si tiene una enfermedad que sólo puede resolverse en un hospital privado?”. Y si, no vamos a dejar que se muera… habrá excepciones… pero incluso como tales alertan al funcionario público de que el común de la gente lidia con una situación así todos los días, y también tiene derecho a sobrevivir, así que debería ser un fuerte lobbysta para que el estado corrija a futuro esa situación. De la misma forma habrá un hijo con algún problema de aprendizaje muy particular (un ejemplo es la sordera, donde existen escuelas privadas como “Las Lomas Oral” diseñadas especialmente para sordos) que podrá ser la excepción, pero que quede muy a la vista que ese es un problema que el estado no atacó y que mucha gente necesita que se ocupe y no tiene el privilegio de poder pagar una escuela privada o ganarse una beca para asistir.
La verdad es que no sé cuantos asesores y empleados tiene cada legislador local. Es una información que busqué bastante en la web, pero no la encontré. Como primer paso, intentaría que no sea más de uno (en el futuro, ninguno). Todos los estudios que tienen que hacer para una ley deberían pedirse a un cuerpo autónomo y apartidario de especialistas/investigadores, los cuales no pueden publicar absolutamente nada hasta que las leyes hayan sido promulgadas. La comunicación con sus electores la pueden hacer hoy en día por Facebook, Twitter y otras tantas nuevas formas masivas. Tampoco sé si un legislador local tiene una jubilación de privilegio. Las eliminaría (también a nivel nacional). Estas deberían estar restringidas a mínimos de 20 años de servicio. Nos hacen daño esos beneficios innecesarios. Ser funcionario público no debiera ser una solución para “salvarse de por vida”, ese no es el interés común, sino el del funcionario o legislador.
¿Es realizable algo así? Yo no estoy inventando nada. Estocolmo (Suecia) es una ciudad de 1,000,000 de personas y un par de millones más en sus alrededores. Los legisladores locales reciben unos U$250 al mes para cubrir gastos. NADA MAS. Trabajan full time en otra cosa, el trabajo de legislador, según declaraciones que leí, les lleva unas 5 horas semanales. Ni siquiera les dan uso de celular. Pueden pasar como gasto un taxi sólo si la sesión terminó después de las 10 de la noche. No tienen asistentes. Cada partido tiene 1 o 2 funcionarios para asistir a todos sus legisladores (o sea, entre 30 comparten 1 o 2 personas, NADA MAS), y ningún legislador tiene empleados directos.
Pero claro, en Suecia se pagan aún más impuestos que en Argentina, y la gente quiere estar segura que se gastan bien, así que el estado se organiza en función de la gente. Las sesiones son un día cada 3 semanas, de 4 de la tarde a 10 de la noche. Los legisladores cuentan con un permiso especial para salir antes de sus trabajos ese día. Un organismo independiente investiga los detalles de las leyes que se van a presentar (lo que ayuda a que después todos los partidos lleguen a un consenso, ¿no?, ya que todos tienen la misma información técnica). El partido gobernante, de por si, no tiene que andar pensando nuevas leyes, ya que su actividad principal es impulsar las que propuso en su campaña (para las cuales justamente ya había hecho una investigación previa). Su mayor trabajo es ver cuál es la mejor forma de implementarlas.
El 94% de los políticos Suecos no gana un sueldo. Cualquier ministro cocina para su familia, o plancha sus camisas, o pasa la aspiradora. ¿Pero ese ministro es el que maneja la economía de todo el país? ¿Es eficiente eso? Parece que si… la gente exige ser una sociedad igualitaria… no quieren llenar de privilegios a los políticos y pagarlos entre todos. Cada legislador nacional es encargado de comprar sus pasajes de avión (no existen los asistentes personales), los pasajes por desarraigo no son canjeables: o se usan o no se usan… NO HAY PRIVILEGIOS. Un legislador gana como media 50% que el sueldo de un profesor.
Siguiendo con ejemplos suecos a nivel nacional, el sueldo de los legisladores no lo decide el mismo cuerpo, sino un comité independiente de 3 personas, generalmente precedido por un juez retirado, algún director de periódico y una 3ra persona intachable. Los legisladores no tienen derecho a apelar la decisión que tomen.
Y acá va la crítica a mi propuesta. Se puede defender que una propuesta así favorece a que hagan política las clases medias y altas, dejando a las bajas fuera. Yo no estoy de acuerdo. Si un legislador tiene que vivir con U$1,000 (no pongo una cifra en A$ porque la inflación le quita sentido en pocos meses) es muchísimo más digno que lo que ganan las clases bajas, y es lo suficiente como para salir adelante y sentir cómo vive el 70% de los Argentinos (que ganan eso o menos). ¿Pero entonces un niño rico que se mete en la política va a seguir alejado de la gente? Desde su gasto mensual, seguro que si, pero al mandar a sus hijos a un colegio público, al tener que atenderse en un hospital público, tener que lavar sus platos y moverse en transporte público va a estar mucho más cerca de la realidad de la gente que hoy día.
Creo que una democracia en serio aborrece los privilegios (a lo Perón, los únicos privilegiados serán los chicos… pero en serio), aborrece la ostentación pública de quiénes nos gobiernan y el malgasto de nuestros impuestos, que pagamos con mucho sacrificio todos los meses.
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