Lo que me gustaría es atraer gente a la política. Me refiero a todas las personas que de por si sienten afinidad a ella, pero por diferentes motivos están alejados. Facebook y otros tantos emprendimientos exitosos han conseguido que la gente quiera publicar sus noticias personales, fotos y videos a amigos que quizá no veían hace años. O sea, Facebook nos ha ayudado, pero también motivado, a retomar contacto con seres queridos en el olvido, y a estar más próximos aún a nuestros afectos actuales. A mí me gustaría ser un Facebook de la política, o sea, un motivador / generador / perfeccionador de la relación de la gente con la política y los políticos. Potencialmente, podemos vivir en un mundo mucho mejor que el actual. Hay varios enfoques para convertirlo en realidad. El mío es involucrándonos mucho más. Creo que el sistema político actual deja a la gente como espectadora, ausente, que sólo interviene en procesos aislados como al votar y con cacerolas. No es suficiente. Para mejorar nuestra día a día podemos actuar de forma activa. ¿Qué ocurriría si gente realmente preocupada por el país, y no por su supervivencia, formara el 30% de la cámara de diputados, de los puestos de carrera en un ministerio, o si el 10% de los padres de una escuela se esforzaran continuamente por la mejora de la misma? Creo que el resultado sería exponencial. Pero, al mismo tiempo, ¿cuántas veces te llegó una invitación para presentar examen a un puesto de carreara? ¿Te enviaron información del proceso que tendrías que llevar adelante para presentarte a senador por un partido? ¿Conocés los estatutos que regulan el funcionamiento de tu universidad?
Para dominar un arte, hay que conocer sus reglas. Si no sabés como funciona una computadora, es difícil que puedas componer música digital. Un buen jugador de fútbol conoce perfectamente el reglamento. Las empresas como Facebook gastan presupuestos millonarios para facilitar el uso de sus herramientas, constantemente se preguntan ¿la gente va a entender cómo funciona esta nueva aplicación? ¿en qué orden debo poner las opciones de un menú para facilitar las respuestas? ¿Qué colores resultan más amigables para que los usuarios sientan satisfacción al participar? En cambio, todas esas preguntas resultan lejanas, incluso vacías en el mundo de la política. No se publica nuestro presupuesto y ejecución en función de que la gente común pueda revisarlo y aportar sus observaciones. No se discute una nueva ley de tránsito en un ambiente 2.0 de participación masiva, donde incluso argentinos viviendo en el exterior podrían aportar qué ventajas ven de leyes extranjeras para el buen tráfico. Ser político es ser un profesional que maneja códigos muy demandantes y que se aprenden a golpes, lo que no favorece que quieras compartirlos con terceros fácilmente. La mayoría de los políticos se hacen de abajo e invierten muchos años para llegar a un puesto interesante, hacen sacrificios personales y se deben traicionar hasta a si mismos para triunfar. Por eso se habla de políticos de raza. Hay que tener mucho cuero para soportar todo eso. El sistema es duro y filtra a los blandos. Si no tenés agallas y estómago, mejor ni te metas. Si ya tenés la seguridad de una gerencia en una empresa: ¿para qué sacrificarte en ese lodo? He aquí el punto: el sistema no te ayuda a que ayudes. El sistema, hecho para supervivientes de la política, te quiere lejos de ella. Los puestos buenos faltan, no quieren más competencia. ¿Qué viene a hacer un recién llegado a un lugar donde un político lleva 15 años intentando acceder? Si tienen que defender ese lugar con los dientes, lo harán. Además, no son como los no-políticos, ellos no saben hacer otra cosa más que política, no los podés dejar afuera porque su futuro económico se acaba. Y todos queremos salir adelante. Y así cada vez el sistema se cierra más: o formás parte de la pirámide política, aceptás sus códigos, hacés una escuela de sacrificios, demostrás lealtades, te ensuciás un poco las manos (justamente para asegurar lealtad), o quedás fuera, del lado de los espectadores, los que votan cada par de años a un club de gente que no pertenecerás… a menos que cambiemos la inserción a ese sistema. ¿Qué pasa si al final, formar un partido barrial no era tan difícil, si con los formularios correctos, suficientes firmas, instrucciones de cómo armar una campaña con pocos fondos, etc., podías presentarte en una pequeña elección y ganarla? ¿Y si, en el caso de tener autoridades escolares deficientes, presentar el caso para que se cambien no fuera la burocracia que imaginamos los que no dominamos ese terreno?
Como decía más arriba, mi objetivo es que los ciudadanos nos acerquemos más a la política. Cada uno desde y en el lugar que más quiera. Hay menos problemas que personas con capacidad para resolverlos. Para llegar a esa situación de no-políticos en la política propongo 2 iniciativas:
La primera es facilitar el acceso al sistema político mediante información, por ejemplo, mediante una página web que tenga formularios y procedimientos para toda nuestra vida cívica. Imagino una Wiki colaborativa, donde tengas la misma información que te pueda dar una web gubernamental (por ejemplo, acerca de los trámites que debés hacer para casarte), pero comentados, con consejos y advertencias para que nada te salga mal. Si la página funcionara realmente bien, hasta imagino que uno pudiera mandar la foto de un agujero en la calle, poner los datos de la dirección, y que la web lo hiciera llegar a la municipalidad correcta, tuviera un seguimiento del trámite, una medición para los días transcurridos hasta solucionarlo, etc. Me gustaría que pudieras preguntarle cosas como: “¿Un comisario se elige o no? ¿Cómo debo hacer para hablar con él? ¿Qué consejos debo seguir para que mi cita con él sea lo más exitosa posible?”; o que pudieras ver qué leyes está discutiendo cada cámara, qué diputados y senadores integran esas comisiones, y los emails y direcciones de ellos para hacerles llegar cartas a favor o en contra del proyecto (creo que un diputado va a votar con más responsabilidad si 15,000 de sus electores le expresan su opinión). También que pudieras ver el historial de votaciones de cada diputado y senador.
Quiero aclarar que la web es una de las formas de ayudar a que la gente participe. Si se pudieran dar más cursos cívicos (primero redactarlos), promover los casos de personas que dieron y dan ejemplo en su comunidad (creo que nosotros no hemos sido tan hábiles como los americanos para generar mitos y difundir a nuestros pequeños héroes políticos).
Lo ideal es que todas estas funciones las tome el mismo estado. Crear un sistema paralelo que se ocupe de acercar a las personas a la política me parece un fin menos logrado. No es que sea malo, simplemente menos eficiente. Ya tenemos 3 poderes más la prensa y las ONGs. No necesitamos otro, ni una nueva ONG, sino mejorar a los 3 actuales. ¿Cómo creo que puedo contribuir, además de difundiendo estas líneas con la ilusión de que inspiren a alguien más, sino con el ejemplo? Ese será el tema de un futuro post.
La segunda propuesta para acercar nuevamente a la gente a la política es promover la empatía. La empatía puede definirse de muchas maneras y ejemplos; a mí me gusta explicarla como “la capacidad de ponerte en los zapatos ajenos”. A veces leemos que hemos dividido al país en 2. Yo creo que lo hemos dividido en unos 2 millones al menos. Cada uno se ocupa de su familia, unos pocos amigos y si mismo, y cada vez la idea de prójimo se vuelve más lejana. El chico que nos pide dinero en la calle es un ser extraño, al igual que el viejo que no tiene quién lo mantenga, o el enfermo que no consigue un donante para sobrevivir. En los países socialdemócratas más desarrollados existe una verdadera voluntad de inclusión de los más desfavorecidos. Acá son tantos que ya no sabemos qué hacer. Y en la medida de que no seamos capaces de entender el sufrimiento de una persona en peores condiciones, más nos va costar salir adelante como país. Si yo, que tengo las condiciones de ayudar a la educación de los chicos más favorecidos, ¿quién lo va a hacer? ¿El “Estado”? (entendido como un ente ajeno, intangible y tranquilizador de mi conciencia) Y si yo no me ocupo, ¿cómo vamos a disminuir la delincuencia, los embarazos no deseados, etc.? Hemos perdido la conciencia de que somos una cadena, y por lo tanto estamos todos encadenados en nuestra suerte como país. Pensamos que el límite, la frontera de nuestra preocupación, está en nuestros seres queridos. El Estado y el país están contra nosotros, nos cagan, o al menos lo intentan. Construir algo todos juntos parece utópico, demasiado complicado, demasiadas opiniones e intereses encontrados.
Yo querría colaborar a difundir la empatía. A Obama le preguntaron: ¿Qué es ser patriota? Y él respondió “Ser empático”. Me pareció brillante. Un argentino es patriota si le importan todos los otros argentinos, si sufre por ellos, si está dispuesto a sacrificarse por ellos, ayudarlos desinteresadamente. De hecho, ser empático me parece la característica más importante de ser humano. Que una mujer pueda llorar ante una cámara de televisión porque una inundación le quitó todo lo que tenía y del otro lado miles de personas que no la conocían lloren desconsoladamente y actúen donando dinero, sangre o frazadas nos hace sentir más vivos que nunca. Preocuparnos por los demás es la mejor forma de preocuparnos por nosotros mismos, y a su vez, aunque sería injusto pretender que los otros “estén ahí cuando uno los necesite”, eso es mucho más probable que ocurra.
Lo difícil es generar un movimiento sincronizado de millones de personas tras ese objetivo, que evite que la gente se desmotive rápidamente. Hay que provocar un cambio de mentalidad profundo, sustentado en el ejemplo claro de las personas públicas (empezando por los políticos).
Pero difícil no es imposible, y yo querría dedicar un gran esfuerzo personal para que esa mentalidad sea la argentina del futuro. Se han analizado 1,000 causas de porqué Argentina es un Estado fallido. Para mí la respuesta ha sido la falta de empatía (no nos faltó talento, ni educación, ni recursos naturales). El siglo XX fue una vergüenza de peleas de unos contra los otros, y el comienzo del siglo XXI nos encuentra igual (dicho tanto por el gobierno como la oposición… es en lo único que estamos de acuerdo: estamos enfrentados).
Si conseguimos tomar conciencia de que ese es nuestro principal problema, estaremos a medio camino de la solución.
Epílogo y Resumen:
Este blog, nacido el 5 de julio de 2006, en mis meses trabajando para una empresa en San Juan de Puerto Rico, debe cambiar. Nació pensado para la Ciudad de Buenos Aires, y con el tiempo fui viendo que las mismas propuestas aplican a las demás ciudades y al país. Su objetivo inicial era el de aportar ideas, algo muy noble. Ahora me resulta imposible hablar del blog sin hablar de mí mismo. Llevo años preparándome para participar y pensando cómo hacerlo mejor. Me gustaría ayudar desde 2 propuestas: acercar la política a la gente, para sumar personas valiosas de todos los ámbitos (el país necesita a su gente más talentosa) y difundir la empatía, entre otras formas con el ejemplo, para salir adelante como país.